martes, 23 de diciembre de 2008

respiradores bucal y sus implicaciones

La respiración bucal constituye un síndrome que puede ser etiológicamente diagnosticado por causas obstructivas, por hábitos y anatomía.

Los que respiran por la boca por obstrucción, son aquellos que presentan desviación del tabique nasal, cornetes agrandados, inflamación crónica y congestión en la mucosa faringea, alergias e hipertrofia amigdalina.

Los que lo hacen por costumbre, mantienen esta forma de respiración aunque se les haya eliminado el obstáculo que los obligaba a hacerlo.

Los que lo hacen por razones anatómicas, son aquellos cuyo labio superior corto no les permite un cierre bilabial completo, sin tener que realizar enormes esfuerzos.

El respirador bucal tiene algunas características básicas que permiten su diagnostico de forma tanto por profesionales como por familiares en la mayoría de los casos, estas son: Ojeras, dormir con boca abierta, ojos cansados y sin brillo, paladar profundo, arcada dentaria superior estrecha, labio superior corto y normalmente mostrando los dientes, incisivos normalmente para adelante, escaso desarrollo de tórax, amígdalas grandes, adenoides grandes, escoliosis, pie plano, deglución atípica, succión digital, ronquidos, disminución de la capacidad intelectual.

Es importante conocer las causas principales por las cuales se da este tipo de patología, ya que las manifestaciones que se dan clínicamente en boca nos dan la pauta, para elegir y aplicar una tratamiento adecuado para cada uno de nuestros pacientes que diagnostiquemos y así poder llevar a cabo el tratamiento adecuado y un tiempo prudente para que no empeore su situación clínica.

Con estos pasos adecuadamente aplicados para el cirujano dentista, se evitara caer en una negligencia medica que puede traer como resultado una demanda jurídica.
Tomes, en 1872, fue el primero en explicar la teoría de la compresión ambiental. Este autor postulaba que el maxilar contraído y la forma en”V” del maxilar superior era el resultado del aumento del tejido linfático, y que la apertura de los labios y la relajación de la lengua eran suficientes para explicar el fenómeno observado. En 1907, Angle describiendo el grado I de la clase II de maloclusión manifestaba; “Esta forma de maloclusión se acompaña siempre y al menos en estadios tempranos, agravada, sino causada, por la respiración bucal debido a alguna forma de obstrucción nasal”. Linder-Aronson estudio el efecto de los adenoides sobre el flujo aéreo, esqueleto facial y dentición, utilizando 45 medidas lineales, angulares y dimensiones dimensiónales a partir de radiografías cefalométricas frontales y laterales, para clasificar los cambios esqueléticos de los respiradores bucales. Los niños con respiración nasal obstruida, exhibían una altura facial inferior aumentada y tanto el maxilar superior como la mandíbula eran retrognáticos en comparación con el grupo control de niños.

La profundidad sagital del hueso de la nasofaringe era menor que la del grupo control, y la posición de la lengua era más inferior. Este autor afirmó que la variable esquelética de mayor importancia para el flujo aéreo nasal parece ser el tamaño de la nasofaringe.

En un estudio posterior Linder-Aronson reafirmó que estas irregularidades de las estructuras craneofaciales eran debidas a los adenoides. Este autor demostró que cuando un grupo de respiradores bucales se convierten en respiradores nasales debido a adenoidectomía, cefalometricamente se demuestra un aumento de la anchura de la arcada dentaria, inclinación de los incisivos superiores e inferiores y una disminución de la altura facial inferior, así como un aumento en la profundidad sagital de la nasofaringe. Estos resultados sostienen la teoría de que los trastornos de la respiración nasal pueden afectar la morfología facial y la dentición. Este autor describió un caso de obstrucción nasal que había desarrollado una excesiva altura facial anterior.

Joshi encontró, en un estudio sobre 387 niños, que los respiradores buco nasales con amígdalas y adenoides grandes eran más propensos a desarrollar una maloclusión de clase II división I, que los respiradores nasales.

Conde describe en su tesis doctoral que las dismorfosis de las estructuras craneofaciales están relacionadas con el desequilibrio de la dinámica de las vías aéreas refiriéndose a que unas alteraciones son causa de desequilibrios biodinámicas y otras son causa de influencias sobre las vías aéreas y la movilidad respiratoria, al actuar estas últimas en las fases de crecimiento.

Dunn, Greene y Cunat examinaron la morfología de la mandíbula en gemelos monocigóticos. Estos autores encontraron que la variabilidad en las vías aéreas nasofaríngeas causaba un cambio significativo en la morfología de la mandíbula, indicando que los factores ambientales pueden jugar un papel importante en la determinación de la forma facial

Durante años se ha generado gran cantidad de información científica referente al desarrollo dentofacial y sus implicaciones en la respiración bucal, existe también información clara y precisa sobre el adecuado desarrollo de las estructuras faciales durante sus etapas iniciales o finales y sobre las alteraciones que se pueden presentar si se modifica de alguna manera el funcionamiento y desarrollo normal de las estructuras oronasales durante el crecimiento facial ( hábitos deletéreos como respiración bucal, succión digital y deglución atípica entre otros)
La gran mayoría de esta evidencia científica, concluye que la obstrucción nasofaríngea crónica, frente en un individuo durante las etapas cronológicas de crecimiento facial, AFECTA de manera contundente y modifica el desarrollo de la cara y las estructuras orales.

Hablando de tratamiento, otro hecho debidamente documentado es que la expansión ortopédica palatina realizada en pacientes afectados con obstrucción nasofaríngea crónica, MEJORA NOTABLEMENTE las condiciones respiratorias y en muchos casos el aumento en la permeabilidad de las vías aéreas superiores se mantiene estable durante años, lo extraño, sin embargo, es que a pesar de que existen estas conclusiones generadas por muchas investigaciones clínicas y de laboratorios, varios profesionales de salud involucrados todavía no han logrado un adecuado consenso en la detección oportuna, diagnóstico y secuencia de tratamiento para evitar alteraciones en la salud y malformaciones en desarrollo en los pacientes que presentan respiración bucal.

El hombre nace condicionado para respirar por la nariz y alimentarse por la boca. Al romperse ese mecanismo fisiológico se afecta el crecimiento y desarrollo, no solo facial, sino general. La respiración bucal se considera normal, solo cuando se realiza bajo esfuerzos físicos muy grandes.

Algunos niños manifiestan conductas inadecuadas que afectan el normal desarrollo bucodental. Cuando los hábitos negativos persisten crean casos graves de maloclusión que afectan estética, funcional y psíquicamente al niño.

Los efectos inmediatos de la respiración bucal consisten en la introducción de aire frío, seco y cargado de polvo en la boca y la faringe. Se pierden las funciones de calentamiento, humidificación, y filtrado del aire que entra por la nariz, con el consiguiente incremento de la irritación de la mucosa faríngea, siendo pobre la cantidad de oxígeno que pasa por la sangre. En estos niños se observa ligera anemia, hipoglobulinemia y ligera leucocitosis, pérdida de expansión normal de sus pulmones, déficit de peso y a menudo tórax aplanado. En el aparato circulatorio se presentan trastornos funcionales, palpitaciones, soplos y variaciones de la tensión arterial, además disminución de la capacidad intelectual, así como alteración de la audición, el olfato y el gusto. Se producen repetidas adenoiditis y faringitis agudas y crónicas. También es de señalar la asociación de estos pacientes con la escoliosis y el pie plano.

La respiración es el fenómeno fisiológico por medio del cual obtenemos oxígeno del medio ambiente y eliminamos bióxido de carbono y otros gases de desecho, producto final del metabolismo celular. Existen dos procesos respiratorios, la respiración externa (absorción de O2 y remoción de CO2 del organismo) y la respiración interna (intercambio gaseoso entre las células y su medio líquido)

Durante el proceso respiratorio externo, la cavidad nasal tiene funciones vitales que preparan y facilitan el intercambio gaseoso celular, el aire inspirado pasa de manera controlada en forma de flujo espiral debido a la forma y posición de los cornetes, se calienta gracias al rico plexo venenoso que subyace en la mucosa nasal, se filtra por las vibrisas (pelos), que forman una gruesa malla que impide el paso de partículas grandes al interior, es esterilizado por la enzima olizosima que secreta la mucosa por la acción bacteriostática del moco y los cilios de la mucosa nasal, toma vapor de agua para humedecerse, así finalmente llega a los alvéolos pulmonares; limpio, caliente y húmedo. Por proceso de difusión simple se realiza el vital intercambio de gases, una vez finalizado este ciclo, el aire espirado al medio ambiente y el ciclo respiratorio está listo para iniciar nuevamente.

En promedio un individuo normal inspira 500 ml de aire por cada ciclo o bien de 6 a 8 lts. por cada minuto, de tal manera que 250 ml de oxígeno entran al cuerpo mientras que 200 ml de bióxido de carbono salen en cada ciclo respiratorio. La respiración bucal crónica genera una serie de mecanismos compensatorios que alteran gradual y sistemáticamente el adecuado funcionamiento y desarrollo de las estructuras oro faciales.

El primer paso, cuándo se obstruye la cavidad nasal, es abrir ligeramente los labios, descender la lengua y la mandíbula, al menos 2 mm para respirar oralmente, al hacer esto, el aire fluye a través de los tejidos orales marcando diferencias significativas con la respiración nasal, el flujo de aire es turbulento, frío, con partículas y microorganismos, es seco y por consecuencia deshidrata directamente la mucosa labial, lingual y faringoamigadalina, irritando estos tejidos; si el estímulo persiste por tiempo prolongado, los tejidos responderán además de irritación, con hipertrofia y metaplasia.

La respiración bucal constituye un síndrome que puede ser etiológicamente diagnosticado por causas obstructivas, por hábitos y anatomía.

Los que respiran por la boca por obstrucción, son aquellos que presentan desviación del tabique nasal, cornetes agrandados, inflamación crónica y congestión en la mucosa faringea, alergias e hipertrofia amigdalina.
Los que lo hacen por costumbre, mantienen esta forma de respiración aunque se les haya eliminado el obstáculo que los obligaba a hacerlo.
Los que lo hacen por razones anatómicas, son aquellos cuyo labio superior corto no les permite un cierre bilabial completo, sin tener que realizar enormes esfuerzos.

El respirador bucal tiene algunas características básicas que permiten su diagnostico de forma tanto por profesionales como por familiares en la mayoría de los casos, estas son:
Ø Ojeras.
Ø Dormir con boca abierta.
Ø Ojos cansados y sin brillo.
Ø Paladar profundo.
Ø Arcada dentaria superior estrecha.
Ø Lengua laxa.
Ø Labio superior corto y normalmente mostrando los dientes.
Ø Labio inferior laxo.
Ø Incisivos normalmente para adelante.
Ø Escaso desarrollo de tórax.
Ø Amígdalas grandes.
Ø Adenoides grandes.
Ø Escoliosis.
Ø Pie plano.
Ø Deglución atípica.
Ø Succión digital.
Ø Ronquidos.
Ø Disminución de la capacidad intelectual.

Es importante conocer las causas principales por las cuales se da este tipo de patología, ya que las manifestaciones que se dan clínicamente en boca nos dan la pauta, para elegir y aplicar una tratamiento adecuado para cada uno de nuestros pacientes que diagnostiquemos y así poder llevar a cabo el tratamiento adecuado y un tiempo prudente para que no empeore su situación clínica.
Con estos pasos adecuadamente aplicados para el cirujano dentista, se evitara caer en una negligencia medica que puede traer como resultado una demanda jurídica.

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